Hay más cortes de luz y duran
más
Ironías metodológicas del
mercado eléctrico: no hay nada más clarificador, para evaluar este servicio, que
el tiempo que el cliente permanece a oscuras. La Argentina vuelve a ser, en este
sector, protagonista del deterioro energético: cada vez hay más cortes de luz y,
para peor, durante mayor cantidad de tiempo. En siete años, según un informe del
Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE), las interrupciones subieron
hasta un 90% en cantidad y un 175% en duración, según la
prestadora.
Aquí el culpable no es Repsol. Los datos, publicados en
la página de Internet del ENRE, muestran una degradación en el servicio de las
tres distribuidoras del área metropolitana, Edenor, Edesur y Edelap. El trabajo
llega sólo a agosto de 2010 y analiza dos variables: la cantidad y la duración
de los cortes. Está elaborado con información que le dan las distribuidoras al
organismo y considera sólo las interrupciones superiores a tres minutos, pero
también los inconvenientes ocasionados por cuestiones ajenas a las
compañías.
Edesur es, según las cifras del ENRE, la que está más
comprometida. Entre 2003 y 2006, cada uno de sus clientes tuvo, en promedio, dos
cortes de luz por semestre y durante cuatro horas. El escenario se ensombreció
en el lapso 2007-2010: mientras las veces que se interrumpía el servicio
subieron un 90% (a 3,8 por cliente), la duración llegó a 11 horas, es decir un
175% más, con picos de hasta 18 horas. Edesur es, además, la única empresa a la
que el ENRE le dedica un párrafo, más allá de las cifras: "Se observa una
tendencia de crecimiento de los indicadores en los últimos años, lo que implica
un deterioro en las condiciones de calidad del servicio prestado a los
usuarios".
Consultada, la compañía controlada por Endesa admitió
los números, pero dijo haber mejorado la inversión en 2011, lapso todavía fuera
del informe del ENRE. Según Edesur, su frecuencia anual de interrupciones
descendió en 2011 un 26%, y el tiempo de cortes, un 36%. Este año, agregó, ha
incorporado a sus redes de media tensión un sistema de inteligencia que
reemplaza las cuadrillas de reparaciones: una falla se puede recomponer desde la
sede de operaciones.
"Terminamos 2011 con inversiones por 675 millones de
pesos, un 47 por ciento más que los 457 millones de 2010", dijeron en la
empresa.
En un escenario complicado para el sector, la consulta
de LA NACION provocó en las compañías un nerviosismo indisimulable. No
así en el Ministerio de Planificación, cuyos voceros, ante el planteo del tema,
prefirieron no dar una respuesta. Hay que ponerlo en contexto y consignar que la
situación económica es mala para las tres distribuidoras. Desde 2002, mientras
los costos se multiplicaron por nueve, las tarifas subieron apenas un 60 por
ciento.
La demanda también
contribuyó a los apagones, porque se expandió un 36% alentada no sólo por los
precios bajos, sino por la construcción de edificios en terrenos en los que,
años atrás, sólo había casas. Este último aspecto es, como el de las tarifas,
decisivo. Tanto, que Edenor obliga desde hace tiempo a los constructores a
instalar un transformador en el propio edificio, iniciativa que provoca
encontronazos con consorcios que, para cumplir, deben a veces resignar dos
espacios para estacionamiento. "Pueden llegar a ser 100.000 dólares de pérdida",
evaluó un ejecutivo que participó de esta pelea.
Los números del servicio de Edenor son también
declinantes, aunque menos abruptos que los de Edesur. Entre 2003-2006 y
2007-2010, la cantidad de cortes de la firma del grupo Pampa Holding subió de
2,5 a 3,3 veces (+32%) promedio por cliente en el semestre. El tiempo a oscuras
también creció: de 5,4 a 8 horas promedio (+48%). Consultados, en la empresa
objetaron el informe. Como el ENRE considera como cortes lo que el sector conoce
como "causales de fuerza mayor" -tormentas u otros inconvenientes externos-, los
resultados quedan distorsionados, dijeron. "En los últimos cinco años,
invertimos 2000 millones de pesos y repartimos cero dividendos -agregaron en la
compañía-. Eso nos permitió mantener una calidad razonable y afrontar un
crecimiento de demanda del 30 por ciento."
Edelap, que distribuye electricidad en La Plata y
alrededores, era la que ofrecía en 2003 el peor servicio. Por eso presenta en
porcentaje un deterioro parecido al de Edenor, pero un nivel de cortes elevado,
bastante similar al de Edesur. La frecuencia de sus interrupciones subió de 3,4
a 4,3 veces promedio cliente por semestre (+25%), entre el lapso 2003-2006, y
2007-2010, y la cantidad de horas, de 6 a 9,3 entre ambos períodos
(+55%).
Alejandro Macfarlane, ex ejecutivo de Edenor que acaba
de adquirir Edelap, explicó el magro servicio de la empresa bonaerense en las
características geográficas del área de concesión, que tiene amplias zonas
rurales y menos clientes que las otras dos distribuidoras, lo que retrasa la
llegada de las cuadrillas. También le echó la culpa al grupo AES, el dueño
anterior: "No invirtieron en nuevas subestaciones. Tenemos un plan para
inaugurar tres: una en La Plata, otra en Berisso y otra en
Brandsen".
En realidad, los últimos años no fueron fáciles para
nadie en el sector. El congelamiento tarifario provocó una caída en la inversión
en redes de distribución justo en momentos en que, precisamente por los precios
bajos y el crecimiento económico, se disparó significativamente la demanda de
electricidad. Resultado: no se renovaron cables, se sobrecargan las fases y se
generan fallas monofásicas difíciles de detectar hasta que el usuario haga el
reclamo. De ahí la importancia de las cuadrillas.
Lo que complicó las cosas fue la devaluación de 2002 y,
con ella, la ley de emergencia económica. No es casual, en este cambio de
contexto jurídico, que el Estado haya dejado de cobrarles a las distribuidoras
las multas ordinarias, que el ENRE aplicaba si un cliente común sufría en un
semestre más de seis cortes o durante más de diez horas. Sólo se cobraron, en
cambio, las multas extraordinarias, aquellas que el Gobierno introdujo para
inconvenientes grandes y resonantes, como los apagones de enero de 2010. Esos
montos en suspenso podrían entrar en el futuro en un proceso de
renegociación.
Más allá de estos entendimientos de palabra y en
silencio, la preocupación de la Casa Rosada parece haber ido en aumento en estos
años, no sólo por el servicio, sino por la repercusión en los medios. Hay
directivos eléctricos que recuerdan la voz del subsecretario de Coordinación del
Ministerio de Planificación, furiosa, en el teléfono en días de oscuridad.
"Sacame el móvil de TV de esa zona como sea", ordenaba Roberto
Baratta.
Es probable que éste sea otro año complicado para la
industria. Oscar Lescano, secretario general de Luz y Fuerza, viene advirtiendo
en las negociaciones salariales que no se sentará a conversar porque las
compañías han bajado su propuesta de aumentos exactamente a cero. Mientras,
carcome la inflación.
Subsidios para la energía, en alza
El sector energético sigue constituyendo el principal
componente de la masa de subsidios económicos que otorga el Estado y luego de
crecer un 56 por ciento en 2011, en los tres primeros meses de este año recibió
un total de 7445 millones de pesos, lo cual constituye un 10 por ciento más que
un año atrás (+ 675 millones de pesos), según un informe elaborado por el
diputado Claudio Lozano junto a Tomás Raffo. Por su parte, el sector del
transporte totalizó subsidios por 5851 millones de pesos durante el primer
trimestre de 2012, un 53 por ciento más que un año atrás (+ 2034 millones de
pesos)..
No hay comentarios:
Publicar un comentario