martes, 8 de mayo de 2012

EN EL 2006 LO DIJIMOS. TENIAMOS RAZON

Hay más cortes de luz y duran más


Por Francisco Olivera | LA NACION

Ironías metodológicas del mercado eléctrico: no hay nada más clarificador, para evaluar este servicio, que el tiempo que el cliente permanece a oscuras. La Argentina vuelve a ser, en este sector, protagonista del deterioro energético: cada vez hay más cortes de luz y, para peor, durante mayor cantidad de tiempo. En siete años, según un informe del Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE), las interrupciones subieron hasta un 90% en cantidad y un 175% en duración, según la prestadora.
Aquí el culpable no es Repsol. Los datos, publicados en la página de Internet del ENRE, muestran una degradación en el servicio de las tres distribuidoras del área metropolitana, Edenor, Edesur y Edelap. El trabajo llega sólo a agosto de 2010 y analiza dos variables: la cantidad y la duración de los cortes. Está elaborado con información que le dan las distribuidoras al organismo y considera sólo las interrupciones superiores a tres minutos, pero también los inconvenientes ocasionados por cuestiones ajenas a las compañías.
Edesur es, según las cifras del ENRE, la que está más comprometida. Entre 2003 y 2006, cada uno de sus clientes tuvo, en promedio, dos cortes de luz por semestre y durante cuatro horas. El escenario se ensombreció en el lapso 2007-2010: mientras las veces que se interrumpía el servicio subieron un 90% (a 3,8 por cliente), la duración llegó a 11 horas, es decir un 175% más, con picos de hasta 18 horas. Edesur es, además, la única empresa a la que el ENRE le dedica un párrafo, más allá de las cifras: "Se observa una tendencia de crecimiento de los indicadores en los últimos años, lo que implica un deterioro en las condiciones de calidad del servicio prestado a los usuarios".
Consultada, la compañía controlada por Endesa admitió los números, pero dijo haber mejorado la inversión en 2011, lapso todavía fuera del informe del ENRE. Según Edesur, su frecuencia anual de interrupciones descendió en 2011 un 26%, y el tiempo de cortes, un 36%. Este año, agregó, ha incorporado a sus redes de media tensión un sistema de inteligencia que reemplaza las cuadrillas de reparaciones: una falla se puede recomponer desde la sede de operaciones.
"Terminamos 2011 con inversiones por 675 millones de pesos, un 47 por ciento más que los 457 millones de 2010", dijeron en la empresa.
En un escenario complicado para el sector, la consulta de LA NACION provocó en las compañías un nerviosismo indisimulable. No así en el Ministerio de Planificación, cuyos voceros, ante el planteo del tema, prefirieron no dar una respuesta. Hay que ponerlo en contexto y consignar que la situación económica es mala para las tres distribuidoras. Desde 2002, mientras los costos se multiplicaron por nueve, las tarifas subieron apenas un 60 por ciento.
La demanda también contribuyó a los apagones, porque se expandió un 36% alentada no sólo por los precios bajos, sino por la construcción de edificios en terrenos en los que, años atrás, sólo había casas. Este último aspecto es, como el de las tarifas, decisivo. Tanto, que Edenor obliga desde hace tiempo a los constructores a instalar un transformador en el propio edificio, iniciativa que provoca encontronazos con consorcios que, para cumplir, deben a veces resignar dos espacios para estacionamiento. "Pueden llegar a ser 100.000 dólares de pérdida", evaluó un ejecutivo que participó de esta pelea.
Los números del servicio de Edenor son también declinantes, aunque menos abruptos que los de Edesur. Entre 2003-2006 y 2007-2010, la cantidad de cortes de la firma del grupo Pampa Holding subió de 2,5 a 3,3 veces (+32%) promedio por cliente en el semestre. El tiempo a oscuras también creció: de 5,4 a 8 horas promedio (+48%). Consultados, en la empresa objetaron el informe. Como el ENRE considera como cortes lo que el sector conoce como "causales de fuerza mayor" -tormentas u otros inconvenientes externos-, los resultados quedan distorsionados, dijeron. "En los últimos cinco años, invertimos 2000 millones de pesos y repartimos cero dividendos -agregaron en la compañía-. Eso nos permitió mantener una calidad razonable y afrontar un crecimiento de demanda del 30 por ciento."
Edelap, que distribuye electricidad en La Plata y alrededores, era la que ofrecía en 2003 el peor servicio. Por eso presenta en porcentaje un deterioro parecido al de Edenor, pero un nivel de cortes elevado, bastante similar al de Edesur. La frecuencia de sus interrupciones subió de 3,4 a 4,3 veces promedio cliente por semestre (+25%), entre el lapso 2003-2006, y 2007-2010, y la cantidad de horas, de 6 a 9,3 entre ambos períodos (+55%).
Alejandro Macfarlane, ex ejecutivo de Edenor que acaba de adquirir Edelap, explicó el magro servicio de la empresa bonaerense en las características geográficas del área de concesión, que tiene amplias zonas rurales y menos clientes que las otras dos distribuidoras, lo que retrasa la llegada de las cuadrillas. También le echó la culpa al grupo AES, el dueño anterior: "No invirtieron en nuevas subestaciones. Tenemos un plan para inaugurar tres: una en La Plata, otra en Berisso y otra en Brandsen".
En realidad, los últimos años no fueron fáciles para nadie en el sector. El congelamiento tarifario provocó una caída en la inversión en redes de distribución justo en momentos en que, precisamente por los precios bajos y el crecimiento económico, se disparó significativamente la demanda de electricidad. Resultado: no se renovaron cables, se sobrecargan las fases y se generan fallas monofásicas difíciles de detectar hasta que el usuario haga el reclamo. De ahí la importancia de las cuadrillas.
Lo que complicó las cosas fue la devaluación de 2002 y, con ella, la ley de emergencia económica. No es casual, en este cambio de contexto jurídico, que el Estado haya dejado de cobrarles a las distribuidoras las multas ordinarias, que el ENRE aplicaba si un cliente común sufría en un semestre más de seis cortes o durante más de diez horas. Sólo se cobraron, en cambio, las multas extraordinarias, aquellas que el Gobierno introdujo para inconvenientes grandes y resonantes, como los apagones de enero de 2010. Esos montos en suspenso podrían entrar en el futuro en un proceso de renegociación.
Más allá de estos entendimientos de palabra y en silencio, la preocupación de la Casa Rosada parece haber ido en aumento en estos años, no sólo por el servicio, sino por la repercusión en los medios. Hay directivos eléctricos que recuerdan la voz del subsecretario de Coordinación del Ministerio de Planificación, furiosa, en el teléfono en días de oscuridad. "Sacame el móvil de TV de esa zona como sea", ordenaba Roberto Baratta.
Es probable que éste sea otro año complicado para la industria. Oscar Lescano, secretario general de Luz y Fuerza, viene advirtiendo en las negociaciones salariales que no se sentará a conversar porque las compañías han bajado su propuesta de aumentos exactamente a cero. Mientras, carcome la inflación.

Subsidios para la energía, en alza

El sector energético sigue constituyendo el principal componente de la masa de subsidios económicos que otorga el Estado y luego de crecer un 56 por ciento en 2011, en los tres primeros meses de este año recibió un total de 7445 millones de pesos, lo cual constituye un 10 por ciento más que un año atrás (+ 675 millones de pesos), según un informe elaborado por el diputado Claudio Lozano junto a Tomás Raffo. Por su parte, el sector del transporte totalizó subsidios por 5851 millones de pesos durante el primer trimestre de 2012, un 53 por ciento más que un año atrás (+ 2034 millones de pesos)..

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